domingo, 14 de septiembre de 2008

LA RAZÓN POÉTICA (Chantal Maillard)

...puede hablarse de un uso poético de la razón cuando su actividad tiene lugar a partir de un vacío, de un des-conocimiento previo, de una epojé. Esta epojé -aunque inevitablemente parcial- no sólo ha de darse respecto de los contenidos, sino que ha de ser antes y sobre todo un modo de ver, un arte, y, como decía Blanchot, "être artiste, c'est ignorer qu'il y a déjà un art"; realizar un acto propiamente artístico es redescubrir la realidad, pero es, antes que eso, redescubrir la fórmula que nos hace capaces de entrar en contacto con ella, abrir nuevos cauces para la visión.

La vuelta al origen es, más que nada, la renuncia a los caminos trillados y la entrada en el desierto, donde las huellas nunca perduran lo bastante como para indicar el paso de otros hombres, o lo que otros hombres han visto y cómo lo han visto. La devolución al origen, o a lo preobjetivo, significa la apertura de las posibilidades para la visión, de todas las posibilidades.

La razón-poética es apertura para la visión, camino hacia la visibilidad, estado de atención y disponibilidad para el conocimiento de un ser que en esa tensión hacia la apertura se realiza. La razón-poética es, por tanto, acción ética y estética por cuanto que es acción creadora esencial a la vez que existencial, acción que solamente puede realizarse plenamente cuando aquello en lo que estamos (el objeto de nuestra acción, cualquiera que sea) ocupa toda nuestra atención, es decir, cuando en ello va nuestro ser. El hombre nace en la medida en que se entrega, en la medida en que muere a sí mismo. El hombre se hace a su ser en la medida en que renuncia a ser sí mismo. Y esto significa también que el ser se hace en la medida en que el hombre se entrega a su acción, cualquiera que esta sea, razón y pasión unidas. Solamente así se cumple la acción metafórica, pues solamente así el impulso creador obtiene la fuerza suficiente para ser eso: pura fuerza creadora, libre de determinaciones, libre para cumplirse en sí misma, libre para ser lo que llamamos azar: fuerza vibrátil, trasformadora, mágica.
(Chantal Maillard en "La creación por la metáfora" en ed. Anthropos)

No hay comentarios: